Antecedentes edilicios
Nos encontramos en el interior del templo.
Como te contamos anteriormente, fue a principios de los
años 60 que se colocó la piedra fundamental de la parroquia y el Obispo Jaime
de Nevares bendijo estos cimientos.
Vamos juntos a
conocer aspectos edilicios y de construcción.
El edificio presenta una única nave de planta rectangular, en la que se encuentran las filas de bancos destinados a los fieles. En la cabecera se erige el ábside de forma semicircular , que acoge el Presbiterio , espacio para los Sacerdotes o Presbíteros, y el altar. El Presbiterio presenta una proporción aproximada de un tercio del total del templo.
La estructura de
la nave soporta un techo de chapa a dos aguas
-típico de la región- y en el
interior forma una “bóveda de cañón” que termina en la cúpula
del Presbiterio. La estructura a la vez alberga ábsides laterales con arcos de
medio punto.
Respecto a los materiales responden a las características constructivas
del siglo XX, que son el acero y el hormigón.
Es un gran salto arquitectónico, a diferencia de la antigua capilla que
era totalmente de madera.
Como verás, las paredes y el techo abovedado están revestidos
por más de 1800 metros de machimbre de pino. A su vez, recubren las cabreadas
metálicas que soportan la estructura de la iglesia. Estas fueron encargadas en
la ciudad de Gral. Roca, en Río Negro.
El Padre Enrique
olivares instaló aquí mismo, distintas máquinas de carpintería, a los fines de
recaudar fondos, haciendo trabajos para terceros; así pudo solventar el avance de la construcción del templo.
Fue también el Padre Olivares quien inició la obra del hogar “Cáritas”, que es parte de la construcción que se ubica a la izquierda de este templo, dando al corazón de la manzana. Lo acompañó con una “ropería” que fue un instrumento social, muy útil para la comunidad.
Cuentan los pobladores que en el año 1967 se hizo un gran
asado dentro del templo en construcción y dicen que “se parecía más a un galpón
con máquinas, herramientas y mucho aserrín!” El objetivo de todo evento era
sumar ingresos económicos. Cabe resaltar
que toda esta obra está hecha gracias al esfuerzo de sus fieles. Nunca más
acertados son los sinónimos de iglesia al “de la vecindad”, “comunidad” según
el sentido original de la palabra. Estos pobladores supieron vivir la fé
aprendiendo de la entrega incondicional.
En la carpintería trabajaron varios hermanos chilenos que
en la década de los 70, por razones
políticas, cruzaron la cordillera y encontraron
en esta ciudad un lugar dónde asentarse;
en general eran especialistas en carpintería. Parte de su obra se puede ver en el machimbre que reviste las paredes, los
asientos, algunos marcos de cuadros y
aberturas.
Casi 20 años se tardó en terminar la edificación y aún
hoy, por ejemplo, la escalera de la torre se encuentra sin sus revoques y
barandas, impidiendo el acceso al público.
Como dato de color les contamos que durante toda la
construcción del templo, hubo un solo accidente. Fue antes de su finalización cuando un carpintero cayó de un
andamio desde las alturas. Pero milagrosamente soló se quebró una costilla.
Hacia fines de la
década del 70 , con la colaboración de feligreses, del regimiento IV de caballería de montaña y
donaciones de una institución alemana
que colaboraba con entidades católicas, se pudo avanzar en la finalización de
la obra. El Sr. Max Reine junto al Sr. Alder construyeron el piso del templo y
el Sr. Franco Vitantonio hizo el final de obra.
En la parte superior y a
lo largo del recorrido de la
nave, notarás que la iluminación ingresa a través de ventanales de vidrios a
dos colores. Los rectangulares forman la imagen de la cruz.
Avancemos hacia el
presbiterio. Éste tiene una elevación con respecto a la nave. El ábside,
acoge el presbiterio y en su
centro la mesa del altar. Según el simbolismo sacro, es de forma circular
porque este espacio está dedicado a Dios, representando de forma simbólica el
cielo, mientras que la nave, donde se encuentra el pueblo de los fieles, es
rectangular y representa la tierra.
A la
izquierda se puede señalar el
espacio que utiliza el coro
habitualmente y la puerta contigua es la que lleva
a la sacristía. Ahora bien, si observás con atención el lateral
opuesto, a la derecha, allí había una puerta idéntica que funcionó
durante todos los años que estuvo en obra el templo. Tenía salida a la calle Drury y tiempo después se la
cerró para cobijar el altar.
Actualmente, del lado de afuera y a esa altura
se encuentra la ermita con la advocación de la Virgen de Lourdes.
Los feligreses, agradecemos especialmente a los
albañiles, carpinteros y a los que nos transmitieron
a través de entrevistas parte de esta historia. Su entrega laboral fue
fundamental para concretar la edificación de nuestro templo.
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